Jehová se me manifestó hace ya mucho tiempo, diciendo: “Con amor eterno te he amado; por eso, te prolongué mi misericordia
Jeremias 31:3
La misma cita nos revela que el amor de Dios por cada uno de nosotros es eterno. No se acaba ni completa nunca. Su amor es eterno como él es eterno, y es por su gran amor que nos atrae hacia él mismo y nos prolonga su misericordia. Durante toda la eternidad seguiremos experimentando y disfrutando del amor de Dios.
Dios nos ha amado desde antes de la fundación del mundo
Efesios 1.4-5 dice: «…según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de él.
Por su amor, nos predestinó para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad».
Dios nos ama desde la eternidad pasada y hasta la eternidad futura. Nos escogió, nos amó y guardó desde antes que el mundo fuera.