Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu.

(Romanos 12:11)

Hay muchas «olas» que vienen contra nosotros y a veces nos dejamos llevar por ellas. Son circunstancias que llegan y nos absorben totalmente. ¡Mantente atento y no te dejes llevar! Pueden ser nuevas modas, ideas engañosas o nuevos comportamientos sociales. En muchos casos, si no nos sumergimos de cabeza en esas prácticas recibimos la crítica de los que se suman a ese mundo sin siquiera reflexionar un poco.

Como cristianos no estamos exentos de enfrentar tiempos de sufrimiento, de tristeza o desánimo en la vida. Lo que necesitamos es mantener viva la llama de la fe, la esperanza y el amor que tenemos en nuestro Señor Jesucristo. Continúa firme en lo que dice la Biblia. No te dejes llevar por vientos de doctrinas, hombres o ideas que no tienen fundamento bíblico. Sé celoso, dedicado al Señor y a las disciplinas espirituales, aunque esto no sea lo que hace la mayoría. ¡Ama y sirve a Dios con fervor!

Decide no dejarte llevar

  • No te dejes llevar por la corriente. Mantente firme en la fe y en los principios bíblicos.
  • ¿Qué es mejor: tener la aprobación de la gente o la de Dios? Piensa en eso – Marcos 8:36.
  • Para poder rechazar lo que es falso debes conocer lo que es verdadero. Ora a Dios y busca conocerle de verdad. Ten la Biblia como tu compañera diaria, vive en obediencia y ora constantemente.
  • Está dispuesto a soltar tus puntos de vista personales, las falsas enseñanzas, y no te congregues con grupos que no enseñen el Evangelio verdadero de Jesucristo.
  • Ora y pide a Dios sinceramente que te enseñe la verdad por medio de su Palabra. Sirve a Dios con dedicación y con una fe fervorosa.
  • Busca una iglesia que tenga la Palabra de Dios como fundamento. Todo lo demás es secundario. La Biblia debe ser mucho más escuchada que cualquier dogma religioso, líder o filosofía humana.

Para orar:

Amado Dios, ayúdame a continuar luchando y obedeciendo tu Palabra a pesar de las presiones a mi alrededor. Señor, hay tantas voces, que a veces es difícil discernir cuál de todas es la tuya. Ayúdame a comprender tu voluntad a través de la Biblia sagrada. Que yo te conozca más cada día a través de ella y que tenga una vida de comunión verdadera contigo. ¡Te necesito, mi amado Salvador! No permitas que me deje llevar por ninguna nueva «ola», sino que yo sea guiado siempre por tu Espíritu Santo. En el nombre de Jesús, amén.