Me darás a conocer la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre

Salmos 16:11

En este mundo competitivo y materialista, la gente adora el dinero, la fama y la fortuna. Ellos creen que el dinero y la influencia pueden hacerlos felices y bendecidos. Se apresuran y trabajan duro por el dinero, la fama y el estatus a toda costa, pero con lo que se les paga es con sufrimiento, perplejidad y vacío espiritual. Muchas personas no pueden evitar preguntarse: ¿Qué es realmente la verdadera alegría y bendición? Este versículo nos dice la respuesta. Sólo ganando el camino de vida concedida por Dios podemos tener verdadera paz y alegría en nuestras vidas. Dios creó a la humanidad. Él es la fuente de la vida del hombre. Sólo Dios provee constantemente a la humanidad de todas las cosas, dándonos lo que necesitamos para nuestra vida. Tal como Dios dice: “El camino de la vida no es algo que cualquiera pueda tener ni tampoco todos lo pueden conseguir con facilidad. Esto se debe a que la vida sólo puede proceder de Dios, es decir, sólo Dios mismo posee la esencia de la vida; no hay camino de vida sin Dios mismo y por eso sólo Dios es la fuente de la vida y el manantial del agua viva de la vida que siempre fluye”.